El Campeonato de Europa femenino celebrado en Cádiz supuso un gran avance para el Balonmano playa en España, en los seis días de duración las cuatro pistas de la Playa de la Victoria disfrutaron del mejor balonmano playa con unas gradas abarrotadas (3.500 espectadores) para ver un deporte que comenzaba a tomar forma.
La segunda edición del Campeonato de Europa en Cádiz supuso un antes y un después en esta disciplina deportiva, se logró duplicar el número de participantes de 8 a 16 equipos. Es decir, un total de 450 jugadores, 10 parejas arbitrales, 10 observadores y 120 partidos convirtiéndose así en el mayor evento organizado por la EHF hasta el momento.
La selección española bajo la batuta de Pedro Moreno finalizaba octava de Europa, a pesar de realizar un gran torneo en una disciplina en la que las Guerreras de la Arena aún se estaban adaptando pero dejaban grandes sensaciones de cara al futuro.
Marina Sánchez, Esther Sanjurjo, Rita Davidouskaia, Isabel Negrin, Ana María Rosa, Virginia Diez, Rita Hernández, Marta Mangue, Carmen Irigoyen, Asunción Rodríguez fueron las protagonistas de vivir la experiencia. En la zona ofensiva Virginia Díez, Rita Hernández y Marta Mangué se convirtieron en huesos duros de roer durante el campeonato, siendo las máximas goleadores del combinado nacional.
Tras caer encuadradas en el Grupo A junto a Ucrania, Portugal y Francia, el combinado nacional lograba el pase a la siguiente ronda quedando en segundo lugar con cuatro puntos y tan solo una derrota. Desgraciadamente, en la Main Round no tuvieron la misma suerte, pues cayeron derrotadas en sus respectivos encuentros del Grupo 2 frente a Alemania, Yugoslvia e Italia, pero con la sensación de haber hecho los deberes llegando incluso a dejar a Italia en el segundo set con 3 goles a favor,
Finalmente, en los cruces del quinto al octavo puesto España no logró imponerse a Ucrania teniendo que volverse a cruzarse con las italianas contra las que volvieron a caer por la mínima en lo shoot out (2:3). De esta manera, las de Pedro Moreno terminaban el Campeonato de Europa en la octava posición.
La medalla de oro se la llevaría la selección de Rusia al quedar 2:1 contra Turquia, por detrás quedarían las selecciones de la República Federal de Yugoslavia y Alemania.